Isonomía Consultores en el Cronista Comercial – 26/05/2015

Dónde irán los votos: la política frente a un votante complejo

Por: Juan Manuel Germano

Una vez conocidos los resultados de las elecciones primarias en la Ciudad de Buenos Aires, gran parte de los análisis y lecturas posteriores se centraron en torno al destino de los votos que había recibido Gabriela Michetti: si irían o no completamente a Rodríguez Larreta, si eran de carácter 100% PRO o compartían un porcentaje con Lousteau, Recalde asegurando que ?irían por esos votos?. Incluso Luis Zamora. Al poder ser reclamados en parte por todos, y asegurados para nadie, lo que en definitiva se puso en escena es la creciente dificultad de prever, y mucho menos entender de manera lineal, las lógicas de un votante cada vez más complejo, sofisticado y maduro políticamente.

La reciente elección en la ciudad de Salta deja en este sentido varias reflexiones respecto a la potencialidad de la nacionalización de los comicios frente a las lecturas concretas que de cada momento electoral hacen los votantes, poniendo en discusión uno de los principales ?vicios analíticos? de los tiempos eleccionarios: el de la ?traslación? de los votos. Las elecciones locales, si bien pueden ser entendidas en enclave nacional, tienen sus particularidades: ni el aplastante triunfo del Frente para la Victoria en Salta significa que se repita en el país, ni la unión entre el Frente Renovador, el PRO y la Unión Cívica Radical en Mendoza generan la obligación de una gran interna opositora para vencer al kirchnerismo, ni el gran triunfo del PRO en la Ciudad de Buenos Aires le garantizan a Macri necesariamente ganar en la Nación.

La ciudadanía parece mostrar grados de madurez muy altos, en donde se despide a una Presidenta con el 45% de aprobación, pero también dejando muy en claro que busca cambios profundos sobre determinadas variables trascendentales. Así, existe un apoyo estructural a determinadas políticas llevadas a cabo durante estos doce años (Asignación Universal por Hijo, estatización de Aerolíneas Argentinas, política de ferrocarriles, entre varias otras), pero también una búsqueda de un cambio de rumbo fundamentalmente relacionado a cuestiones económicas y de formas o modos de comunicación.

De esta manera, Salta aparece como una prueba de esta madurez y profundidad democrática: a modo de ejemplo, encontramos un claro triunfo de Juan Manuel Urtubey en la provincia por más de 20 puntos de ventaja por sobre Juan Carlos Romero. Así, el Frente para la Victoria también resultó vencedor en la categoría Gobernador en la Ciudad de Salta, aunque por una diferencia claramente menor: 38,5% a 37,1%. Por otro lado, la ciudadanía apostó por un Intendente de otro color partidario, en donde Gustavo Sáenz del Frente Romero + Olmedo venció a Javier David del Frente para la Victoria por 41% a 33%. Por último, tal como señaló el gobernador salteño, Mauricio Macri ?anda muy bien? en la provincia, deslizando que el Jefe de Gobierno posee un interesante caudal de votos en Salta.

El análisis se hace complejo al comparar lo ocurrido en las primarias en la provincia: El Frente Romero + Olmedo obtuvo el 44% de los votos en la primaria en la ciudad en la categoría Intendente (los votos de Sáenz, apoyado por Massa y los de Durand Cornejo, candidato de Macri). El Frente para la Victoria el 29%. De esta forma, no todos los votos de Durand Cornejo fueron hacia la candidatura de Sáenz, y el caudal de Javier David creció y si bien logro vencer en las primarias, no lo pudo hacer en las generales.

¿Por qué ocurren estos movimientos? En primer lugar debido a que nadie, en ningún distrito, tiene los votos asegurados. Segundo porque la lectura y el mandato ciudadano varía de elección a elección. Asimismo, los arreglos dirigenciales entre cúpulas no siempre significan que la ciudadanía acompañe de manera masiva. La unión PRO y Frente Renovador en la ciudad de Salta no significó que el ganador de la primaria se lleve todos los votos del perdedor. Tampoco puede llevarse este comportamiento al plano nacional. Una potencial unión entre Massa y Macri, no necesariamente significa que Macri ganando en agosto sostenga todos los votos del perdedor. Las lecturas lineales de los arreglos partidarios no permiten comprender las preferencias de los votantes, que muestran un nivel de complejidad mayor del supuesto por muchos analistas.

Para comprender elecciones de 2015 deberemos entender cabalmente que los arrastres políticos comienzan a tener menos peso, que los votantes buscan que los gobernantes cumplan con determinados mandatos y que quien mejor represente esos mandatos, en el momento y lugar indicados, será quien más posibilidades tenga de definir los destinos políticos del país por los próximos cuatro años.