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Juan Germano en Diario La Capital – 27/05/2018
“Hoy la sociedad está aturdida y al gobierno le falta otro Metrobús”
Juan Germano es Licenciado en Ciencia Política. Director de Isonomía Consultores. Profesor de opinión pública en marketing político en la Universidad del Salvador. Estudios en Goldsmiths, University of London.
“Existe en la actualidad una sociedad aturdida”, afirma Juan Germano, director de Isonomía Consultores, una de las empresas más respetadas en el país y cuyas mediciones son leídas con avidez en el gobierno.
Germano es contundente respecto de la situación que debe sortear el gobierno y lo que debería hacer para recuperarse de la caída: “El desafío de Mauricio Macri radica en encontrar símbolos lo suficientemente poderosos para contrarrestar el símbolo negativo que implica volver al FMI”. En una profunda entrevista con LaCapital, el sociólogo juega, chispeante, con una imagen: “El gobierno necesita otro Metrobús”.
EM_DASH¿Es el peor momento del gobierno?
—Es uno de los momentos más delicados para el gobierno porque se juntaron por primera vez turbulencias en tres ámbitos distintos. Por un lado, en el sector externo, de la mano de los mercados internacionales, que son fundamentales para poder sostener el gradualismo pregonado por el gobierno. Por otro lado, en parte del famoso círculo rojo, que acrecentaba su crítica en función de una necesidad de apertura en la toma de decisiones y una mayor eficiencia en la coordinación económica. Por último, en relación con la opinión pública. Logró generar una tensa calma con los mercados mediante el control de la corrida cambiaria y el apoyo del Fondo Monetario Internacional; tranquilizó a los círculos de poder más influyentes con los movimientos en torno a la toma de decisiones y el nuevo rol del ministro Dujovne. El desafío pendiente radica en el vínculo con la opinión pública.
EM_DASH¿Lo más contrastante es el cambio de opinión de la mayoría respecto a las expectativas por la economía? Hasta hace un tiempo la gente decía que estaba mal pero confiaba en estar mejor.
—Uno de los motores explicativos de este gobierno es la interesante combinación de pasado, presente y futuro. Buena parte de la ciudadanía entiende que las decisiones actuales del gobierno son una consecuencia directa de la situación heredada. Al mismo tiempo, una idea de presente sinuoso es tolerable ante la percepción que el rumbo elegido es el correcto y que los réditos serán cosechados en el futuro. El paso del tiempo fue generando modificaciones en este esquema. La responsabilidad pasada sigue siendo importante, pero muestra cierta disminución (el 64 por ciento esgrimía que las decisiones de este gobierno eran consecuencia de la herencia recibida en los comienzos de la gestión, mientras que ese número actualmente es del 50 por ciento). Pero el principal cambio se dio en la idea de que el futuro será mejor. Aquí la disminución de esa variable se intensificó en los últimos 5 meses. Si esta variable sigue perdiendo peso será una complicación creciente para el oficialismo.
EM_DASH¿Cuáles son las razones del cambio de opinión de la sociedad?
—Existe en la actualidad una sociedad aturdida. El símbolo del retorno al FMI genera pánico y frustración en buena parte de la ciudadanía. Independientemente que el cuadro de situación del país es abismalmente distinto al de 2001, la simbología negativa que genera el FMI es preponderante, en función de temas muy poco favorables: inflación, precio de tarifas y aumento del valor del dólar.
EM_DASH¿Es recuperable la imagen del gobierno en el corto y mediano plazos?
—Es recuperable básicamente porque el actor que maneja la botonera es el gobierno, y es quien tiene el poder de la toma de decisiones. El desafío radica en encontrar símbolos lo suficientemente poderosos para poder contrarrestar el símbolo negativo que significa la vuelta al fondo. Como se ha dicho en otras oportunidades, el gobierno necesita otro “Metrobús”. En este sentido, veo a parte de la población aturdida y fundamentalmente frustrada ante la nueva situación macro, pero en las investigaciones no se percibe enojo con el gobierno. De la frustración se puede volver. Del enojo es mucho más difícil.
EM_DASH¿La caída de Macri en las encuestas favoreció a algún candidato opositor?
—La situación es más compleja aún. No solo que la baja de popularidad de los principales actores del oficialismo no generó mejoras en candidatos de la oposición sino que todos los dirigentes políticos han perdido imagen positiva en los últimos meses. A modo de ejemplo, si se toma la diferencia de imagen positiva y negativa de los principales 10 figuras del ecosistema político, la misma era de 24 por ciento a comienzos de 2016. En la actualidad el diferencial de imagen es de 0 por ciento. Todavía es muy temprano para saber donde se mueven los electores, pero el gobierno encontró un equilibrio muy frágil utilizando a la Coalición Cívica y al radicalismo como un anillo de contención ante cierto votante desencantado. Esta funcionalidad le dificultó a opositores más light poder crecer ya que había dirigentes dentro del oficialismo que lograban representar y entender ese desencanto. Esa dinámica explotó con la discusión tarifaria y Cambiemos necesita cuanto antes recomponer ese formato.
EM_DASH¿Cristina sigue siendo la opositora con mayor densidad electoral?
—Sí, Cristina Kirchner sigue sosteniendo un núcleo de apoyo casi inamovible. El problema, como hace tiempo, es la capacidad de poder seducir a un electorado más independiente. Para ganar una elección en Argentina es necesario sostener el voto propio pero es fundamental lograr consensos fuera de ese círculo. De todas maneras, es la opositora con más peso electoral, hito que condiciona al resto de los dirigentes de la oposición. La opinión pública ya ha realizado una definición tajante sobre Cristina (tanto para estar a favor como para estar en contra). El problema lo tiene la clase política opositora que sigue girando a su alrededor.
EM_DASH¿Macri debe apostar todo a ganar en primera vuelta porque se le complicaría en un ballottage?
—Macri debe apostar a encontrar los símbolos necesarios para poder volver a enamorar a cierto electorado decepcionado y, sobre todo, asustado. Es muy temprano para pensar en escenarios electorales.
—¿Este escenario de caída de todos, no sólo del gobierno, favorece la aparición de algún outsider?
—Considero que aún es temprano para saber si es el momento oportuno para un outsider. Las alternativas políticas tienen la capacidad de poder contener y procesar las disconformidades sociales. Analizando experiencias en países donde figuras por fuera de la política irrumpieron en el sistema, deben darse algunas características. Cierta frustración existente debe perdurar y no ser capitalizada por nadie dentro de las opciones vigentes. Luego debe mutar hacia un enojo particular y luego generalizado. Recién ahí podría darse un momento apropiado. Es preciso señalar que los outsiders tienen una única oportunidad para poder llegar al lugar de mayor importancia. Un único “disparo” para utilizar en el momento preciso, y que si el mismo no es eficiente probablemente se transformen en parte del sistema, perdiendo parte de su “novedad”. Justamente por eso es que no se los ve venir.
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